jueves, 21 de octubre de 2021

COLORÍN COLORADO…





Colorín colorado este cuento se ha acabado. Y protestábamos, queríamos más, pero la tía Mercedes nos mandaba callar poniéndose un dedo en los labios y nos decía que la niñas buenas se duermen pronto, que si nos portábamos bien habría más la noche siguiente. Y nos tapábamos con el embozo hasta la nariz, cerrando los ojos fuerte y con la sonrisa aún dibujada en la cara. Porque cuando ella estaba, sabíamos que todas las noches habría un cuento maravilloso, largo y desconocido. 

Pero eso ocurría muy pocas veces, porque tras unas pocas semanas ella se iba a su casa, muy lejos, tan lejos que tenía que ir en avión, y ya nadie nos contaba cuentos antes de dormir.

sábado, 9 de octubre de 2021

EL CUADRO DEL COMEDOR

Estuvo colgado de la pared del comedor, siempre. Y nunca tuvo importancia. Era como las galletas del desayuno, el plátano de la merienda o la tortillita francesa de la cena. Estaba tan unido a sus infancias que cuando murieron los padres y le tocó en el lote número dos no supo muy bien qué hacer con él.

No es feo, pero tampoco bonito. Original sí. Las pinceladas a espátula le dan un aire de modernez sesentera. Trazos firmes de quien sabe del oficio, aunque el suyo era otro y –según le contó su padre– ilegal, por eso lo había pintado en los talleres de la cárcel de Alcalá.

Está en el salón y cuando alguna vez lo mira, no puede evitar entrecerrar los ojos y escuchar la voz del padre contando esa batallita a la que nunca prestó atención y que, ahora, añora hasta hacer que las lágrimas acudan a sus ojos.