domingo, 6 de septiembre de 2015

JAI GURU DEVA, OM



"Jai Guru Deva, Om" está inscrita en el Registro de la Propiedad Intelectual con el nº M-005829/2015

Elena Ayllón fue uno de los personajes secundarios de mi primera novela YO NACÍ EN YESERÍAS.
Elena y Jimena, hacen su primera aparición allí y, ahora, se convierten en las protagonistas de esta historia, que cuenta la vida de la primera.

YO NACÍ EN YESERÍAS, fue una novela coral, una especie de introducción, donde algunos personajes van a convertirse en protagonistas de sus propias historias.

Elena Ayllón es una mujer vallisoletana, hija de uno de los empresarios más importantes de vinos de esa zona.
Nacida en los sesenta, su historia va siendo relatada por ella misma y por su amiga Jimena García de la Fuente, hija de un juez, que también vivió sus primeros años en Valladolid.

Elena crece en la España franquista, a la vera de una familia afín al régimen, pero que paulatinamente va tomando conciencia de la realidad de su país, por obra y gracia de su amigo José Luis Suárez, hijo de caciques, rojo convencido y el primer gran amor de su vida, que despierta su pasión por la literatura y la libertad.

En los ochenta conoce, en Madrid, a su amiga del alma, Jimena, la dueña del pub Strawberry Fields y desde entonces sus vidas van a ir enlazadas en las alegrías y las penas, la salud y la enfermedad…

En JAI GURU DEVA, OM se dan cita hechos históricos, vividos e inventados, de la España de la dictadura, con fogonazos de recuerdos de la guerra civil y la posguerra. De “aquellos maravillosos ochenta” donde La Movida Madrileña nos hacía enloquecer, con su música y su marcha, donde el que no estaba colocado, se tenía que colocar. Hasta la realidad de hoy, con su crisis incluida.

Elena y Jimena, cuentan sus historias, a veces tristes, a veces no, paralelas a la historia de este país.

(Cada capítulo es el título de una canción de LOS BEATLES, porque el Strawberry Fields no podría ser lo que es, ha sido y será, sin ellos. Y JAI GURU DEVA, OM es el mantra indio que se recita una y otra vez en ACROSS THE UNIVERSE:

 “Jai Guru Deva, om… 
Nothing’s gonna change my World”

lunes, 27 de abril de 2015

DIEZ COSAS QUE NO DEBES HACER EN FACEBOOK

Cuando lo leí, yo, evidentemente, incumplía las diez normas sagradas. Las redes sociales, por definición, no son otra cosa que un enaltecimiento del ego, que como concepto está bien, lo malo es cuando alcanza límites similares a los cojones de Kin-Kong, entonces es cuando hay que mirárselo.

¿Pero qué tiene de malo poner en un página que es tuya, solo tuya y de nadie más, una foto de perfil de hace diez años, un retrato de tu gato, perro, conejo o niño en edad de guardería? ¿Por qué ese afán de dirigirlo todo? ¿Porque si no te bloquean, rechazan o incluso reportan de tu comportamiento indigno de una señorita? Porque sí... Facebook está lleno de chivatos, acusicas, que en cuanto ven teta o pelo de coño se alteran y mandan quejas, no sé muy bien a qué o quién, pero lo hacen, doy fe... ¡Pues que se piren!  Porque se supone que en las redes sociales quien más quien menos sabe algo de tí, ha mirado tu perfil o te conoce, por ese motivo pide tu amistad. Una servidora, que come de todo, incluye a casi todo el mundo. Y digo casi porque los dos últimos me salieron rana. ¡Niñas huid de machotes que en su biografía lo único que hacen es cambiar su foto de perfil! Y si hay alguna en calzoncillos o pegando tiritos en Kabul ¡Escondeos!

lunes, 23 de febrero de 2015

CUQUI SARASOLA

Mi amiga Cuqui Sarasola era la pija más pija de todo el barrio de Argüelles. A mí, que no tenía amigas, me repateaba bastante. Pero como nuestros padres eran colegas, no nos quedó más remedio que aceptarnos.
Coincidíamos en los cumpleaños de las niñas bien del cole, las Concepcionistas de la calle Princesa, y al final, en la adolescencia, acabamos por ser amigas.
Ella era muy guapa, alta y rubia —como yo— pero con mucho mejor tipo, más simpática y con un aplomo y seguridad en sí misma del que yo carecía.
Siempre fui de una timidez enfermiza, me acomplejaba mi altura, mi tipo y mi segundo apellido sueco.

Cuqui se casó, en los ochenta, con el hijo de un político. Tan alto, tan guapo y tan pijo como ella. Mi amiga había estudiado derecho en el CEU, siete años para acabar una carrera de cinco, pero como ella decía, "tengo el título, nadie me pregunta cuánto he tardado en sacarlo" y su papá, que era magistrado del Tribunal Supremo, la colocó en un despacho donde lo único que tenía que hacer era respetar el horario y acudir a las reuniones semanales, sin hablar mucho.

miércoles, 18 de febrero de 2015

MI NIÑO CHIQUITO


Me ha nacido un niño
y la casa,
de repente,
sin sentirlo,
se me ha llenado de lirios.

Me ha nacido un niño
y en los troncos que se queman,
alocadas,
se han levantado las llamas,
para ver más cerca,
su linda cara,
mientras bailan
y, en silencio,
le cantan una nana.

Me ha nacido un niño
y en la puerta de mi casa
ha llamado
una primavera adelantada.

Los amigos,
inconscientes,
dicen que me he vuelto loco,
de repente.

Es la locura bendita
que me regala mi niño,
mitad rosa, mitad lirio.

Miguel Villalba Herrero
18 de febrero de 1964

viernes, 13 de febrero de 2015

YO FUI ALUMNA DE RICARDO SENABRE

http://www.elcultural.es/noticias/letras/Ricardo-Senabre-la-critica-como-ensenanza/7370

En los ochenta comencé a estudiar en la universidad. Lo hice porque necesitaba una titulación para preparar unas oposiciones que jamás logré aprobar. Y me matriculé en Filología Inglesa porque ese idioma era fundamental para superarlas. El hecho de que la Facultad estuviese muy cerca de la casa en la que —entonces— vivía mi familia, fue fundamental.

Me aburrí como una mona. El nivel que yo creía que debería tener la población universitaria (y más en una carrera de letras) dejaba mucho que desear, había mucho analfabeto funcional y las clases de inglés —que eran las únicas que me interesaban— eran bastante más básicas de lo esperado. Lo único que me gustaba era que ahora podía leer “novelitas” (como decía mi padre) sin tener que esconderme en época de exámenes, porque eran obligatorias.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

¿FELIZ? NAVIDAD

Como todos los años, la nochebuena se pasaba en casa de la madre de ellas.
Eran tres hermanas, las tres casadas y las tres con hijos.

Todos los años cenaban lo mismo, se regalaban lo mismo y hablaban de lo mismo. Mentiras piadosas para que sus padres no se preocupasen.

La mayor —profesora de literatura en un instituto del centro de Madrid— estaba hasta los cojones de su marido “el curilla”, como le llamaban sus otras hermanas. También era profesor, pero había heredado un pastizal de sus padres, unos catetos de un pueblo de Ávila, con tierras y ganado y no trabajaba. “El curilla” no podía soportar a la familia de su mujer. Los padres eran muy católicos y muy de derechas, como él, pero intuía que la pequeña —que tenía fama de zorrón— era roja y, probablemente atea, porque en el funeral del padre se pasó la mayor parte de la misa en la puerta, fumando con sus hijos, y la mediana era insoportable con ese desdén con el que trataba al resto de la humanidad, como si fuesen sus pacientes de la Seguridad Social.

jueves, 11 de diciembre de 2014

OBEDECEDERÁS A TU PADRE Y A TU MADRE

Toda su vida había obedecido. De niña sus padres le decían que hiciese lo que se esperaba de ella. Fue buena y obediente. Nunca rechistó, tampoco se le ocurrió llevar la contraria y jamás se planteó que hubiese otra forma de actuar, de vivir o de enfrentar la vida.

Durante toda su existencia había oído decir a su padre que los niños estaban para obedecer y hacer los recados. Y ella, que era la única chica de cuatro hermanos, además, tenía que ayudar a su madre en casa. Antes de ir al colegio dejaba su habitación recogida y la cama perfecta. Sus hermanos no. A mediodía ella ponía y quitaba la mesa, enjuagaba los platos que su madre había enjabonado y los secaban a medias, mientras su padre y sus hermanos miraban el telediario.

Se hizo novia del hijo del cerrajero y se casaron cuando él volvió de la mili. Ninguno de los dos había estudiado más de lo básico y marcharon a vivir a casa del padre, que era viudo. Manolo trabajaba con él y ella limpiaba por horas.
Tuvieron tres niñas. Y ella siguió obedeciendo al marido, al suegro, a sus padres, a sus hermanos y a sus hijas.
Se deslomaba limpiando escaleras por las mañanas y pisos por las tardes. Y cuando llegaba a casa tenía que seguir quitando mierda ajena, cocinando para los demás y, cuando su suegro cayó enfermo, limpiándole el culo y las babas.

martes, 12 de agosto de 2014

AVISO

Aunque lo publiqué, en este blog, entre diciembre de 2012 y enero de 2013, el 10 de junio de 2013 registré mis tres primeras entradas de YO NACÍ EN YESERÍAS, tituladas ANGELITA LA RÁPIDA, MARÍA LA PUÑALES Y OLGA GUSTAFSSON, en la plataforma SAFE CREATIVE con el código: 1306105248781. Fui colgando diversos posts con capítulos de esta misma novela.

En septiembre de ese mismo año 2013 inscribí mi novela en el REGISTRO DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL, con este número: M-006978/2013.

En noviembre la presenté en SALA RECICLAJE  y estuvo tres meses disponible,  de forma gratuita en formato digital para quien quisiera leerla.





lunes, 21 de abril de 2014

Cien años de Soledad


Con la muerte de García Márquez he rescatado —yo también le pego al tsundoku— uno de los ejemplares que guardo de “Cien años de Soledad”.
Reconozco que me he rendido a la tecnología y me resulta mucho más cómodo leer en el iPad. Pero no puedo evitar acumular libros en papel. Tocar, pasar páginas, el “olor a resma y a tinta” como dice mi —ahora sí— amigo José Manuel, era algo que casi tenía olvidado y que he vuelto a sentir, a pesar de mis achaques de señora mayor.


Porque mi padre, como los padres de Katixa, tenía la buena costumbre de comprar libros, almacenarlos en estanterías y ¡leerlos! Y esos buenos ejemplos, como la hermosura, si que se pegan.
Y como perdí la cuenta de las veces que he leído LA NOVELA, la retomé. Y como todas la veces que lo he hecho me ha vuelto a sorprender el hielo, como al Aureliano niño, he visto llover flores, ascender al cielo, en cuerpo y alma, a Remedios la Bella y he recordado que mi María la Puñales miraba a través de las cosas y las personas como los diecisiete Aurelianos. Y que sus primeras palabras no fueron ni papá ni mamá, sino un “va a llover” que dejó petrificada a su madre, mientras pelaba patatas en una mañana de un mes de julio caluroso y sin nubes y que desató la tormenta más grande jamás vista, esa misma noche, en las chabolas de su barrio, inundando caminos y estancias.
Porque mi María es… ¿Se podría inventar un término que definiera a los personajes de García Márquez? Si fuese así, María la Puñales sería un personaje “macondiano”, desde el humilde respeto, reverencia y homenaje que me produce mi escritor de cabecera.
Gabriel José de la Concordia García Márquez




martes, 11 de marzo de 2014

¿Desea eliminar el archivo adjunto?

Hoy hace catorce años que lo borré. 

Mira que me preguntó :" ¿Esta usted seguro que quiere enviar el archivo seleccionado a la papelera de reciclaje?" Yo dije : "Si, quiero" y ahí acabó todo.
Recuerdo la fecha porque era la víspera del cumpleaños de mi hija.

Era mi primera novela. Sin acabar, pero con toda la historia cogida con pespuntes.
Ayer, mientras escribía la segunda, el subconsciente -inconsciente él- me jugó una mala pasada y puse :

 "Nunca estuve enamorada, pero le quise. Y no hay mayor prueba de amor que la de dejar marchar  lo que se ama. Lo supe en aquel preciso momento, y entonces -y solo entonces- entendí a Manel."

Y la magdalena proustiana se me volvió -como últimamente me pasa tantas veces- a atragantar en este cerebro descerebrado que heredé de mi padre.

Afortunadamente Elena Ayllón pasó de puntillas por Yeserías, apuntando maneras. Tan chulita ella, tan autosuficiente, tan rica, guapa y con éxito. Tan infeliz... Y como era de esperar, a codazos, se ha hecho sitio para ella sola. Bueno, para ella y para su amiga Jimena. Y sin yo quererlo, sin ni siquiera tener conciencia de que esto podía pasar, Elena -que antes se llamó de otra forma- ha reaparecido en mi vida.

¡Bienvenida seas, guapa!

domingo, 2 de marzo de 2014

Sospechosos habituales

Enredando, tecleando, metiéndome donde sí me importa, descubro que hay GRUPOS en Facebook. Y yo, que me tiro en plancha virtual a todo lo que suene a club de lectura, escritura, megustaque... pues allí que voy.

Y resulta que hay grupos que son cerrados (¿?) y resulta que tienen reglas (¿?) y resulta que cuando alguna insensata, como yo, rompe esas reglas, le regañan (¿?¿?¿?¿?¿?). Y una, como ya no está para que le toquen el órgano sexual, cibernéticamente hablando, se va.

Me explico.

lunes, 17 de febrero de 2014

Escribir como terapia



Indagando y leyendo por ahí me he encontrado con una frase que me ha dado qué pensar : "Comencé esta novela por indicación de mi psicóloga, que me instaba a escribir lo que me pasaba". Bueno, no son palabras textuales, pero la idea es ésa.

Cuando la vida se te pone perra y no ves manera de soportar lo que se te viene encima, tienes, DEBES, buscar un auxiliosocorro, que ayude, si no a salir, por lo menos a sobrellevar estas pruebasquenosmandaelseñor, porque es que si no, acabas corriendo calle arriba pegando chillidos y pateando gatos. Y está muy mal visto. Más si eres o/y vives en un pueblo : que todo se sabe y si no, se inventa.

Hay quien va de compras, se tiñe el pelo o le da por apuntarse a Pilates.
Pero lo más efectivo, dónde va a parar, es escribir.

jueves, 6 de febrero de 2014

LA RIDÍCULA IDEA DE NO VOLVER A VERTE (Rosa Montero)


La exhibición del dolor siempre me ha parecido algo que raya con lo obsceno. Los funerales, los velatorios y los jolgorios fúnebres ante la muerte de un ser querido, siempre me han dado algo de vergüenza ajena.

Estoy leyendo “La ridícula idea de no volver a verte” de Rosa Montero. Y a la par, escribiendo mi segunda novela, secuela de la primera. Y digo secuela porque no es una segunda parte de… Es otra narración independiente de su hermana mayor –mayor por la edad- pero con algunos personajes, que se esbozaban en la primera y que, ahora nacen, crecen, se multiplican y… algunos mueren.

Elena moría al final. Pero tras varios principios accidentados y accidentales, decidí comenzar por el fin de la historia. Creo que ha quedado bien.

Y el principio es la muerte de Elena. No, no es una novela triste en sí misma. Tiene sus momentos, pero en general es bastante alegre. Elena es tan mal hablada como divertida. Y como escritora, es capaz de dar la vuelta a un hecho tan doloroso y hacer reír. Pero ese es el final y no voy a contarlo.

sábado, 4 de enero de 2014

Tía, si ejque de puro buena ereh tonta...


Hacer cola, esperar turno, es algo que habitualmente fastidia mucho a todo el mundo. Pero hace años descubrí que es algo fascinante si escuchas atentamente conversaciones privadas.

Mi madre, antes, era habitual de saraos navideños. Que si vamos a llevar a los niños a Cortilandia, que es muy bonito. Que si vamos a esperar siete horas para envolver los regalos en El Corte Inglés, que como ahí no los envuelven en ningún otro sitio y además te regalan las pilas... Que si el roscón de Pyma es el mejor del mundo que hay que hacer cola para encargarlo dos días antes y otra para recogerlo... Que si la cabalgata de El Escorial...
Y ahí le cogí yo gustillo a lo de esperar escuchando conversaciones ajenas. Es más, muchas veces, hacía callar a mi madre y a mis hijos (escandalizados) porque no me enteraba de lo que estaban diciendo las tiparracas anteriores, posteriores o, incluso, a siete cuerpos de distancia, de nosotros.
Porque, la verdad, las tías hablan mucho, más alto y -dónde va a parar- más entretenido.

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miércoles, 11 de diciembre de 2013

Escritores que autoeditan, como yo.


Fui una niña preguntona. Siempre quise saber el porqué de todo y con la edad no se me ha pasado. Al contrario.
Así que el día que puse internet en mi casa, descubrí que tenía acceso a muchísima información que antes tenía que buscar por otros canales, mucho más lentos y trabajosos. Estaba encantada.
He leído multitud de tutoriales, noticias, libros y opiniones para conseguir poner en marcha un blog, este blog, que comenzó siendo un desahogo ante las cabronadas de los bancos.
Comencé de la nada. No tenía ni idea. Pero aquí esta gracias a la "tecnología blogger", a páginas como "Mamaquieroserblogger" y a echarle ratitos que le quito a la plancha, el mocho y las ingles brasileñas.
Luego llegaron Las Yeserías. Y como yo soy así, decidí que un libro no es un libro hasta que no lo ves -tocas- en papel.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

ANGELITA LA RÁPIDA


              
Yo nací en Yeserías.

No, mi madre no era ni María la Puñales, ni Angelita la Rápida, las asesinas más afamadas en la década de los sesenta.

 Mi madre, la pobre, cumplía la condena de haberse casado con un funcionario de prisiones -ahora llamados de Instituciones Penitenciarias- y entonces, en Yeserías también había un hospital, donde parían las mujeres de los funcionarios.

Angelita la Rápida, la envenenadora de Urda, fue una de las criminales más conocidas en los principios de los años sesenta. El juicio fue muy comentado en periódicos de la época. Estuvo presa en la Central para madres lactantes en Ventas y luego pasó a Yeserías.

Angelita vio cómo daban a su padre el paseíllo durante la guerra civil, por pertenecer a la CNT.  Era maestro del pueblo y no llegó a ver cómo perdía la guerra.
La madre de Angelita, una mujerona de armas tomar; que siempre reprochó a su marido no estar donde tenía que estar en el momento adecuado; en cuanto se quitó el luto empezó a dejarse ver por el pueblo. Así que Paco, el de los muleros, intentó llevársela a la era, pero Críspula, que tenía ya muchas tablas, aguantó, hasta que a Paco no le quedó más remedio que pasarla por el altar antes que por la piedra.

MARÍA LA PUÑALES


                                                                 
Era un martes 5 de agosto de 1969 - el mismo día en que 40.000 personas se congregaban en Woodstock buscando paz y música- cuando el juez dictó sentencia contra María Rivas de Dios, más conocida como María la Puñales, la gitana más sanguinaria, cruel y vengativa que nunca nadie recordara.

María fue la hija número doce de Antonia y de Manuel. Gitanos chabolistas del barrio de la Ventilla. Eran, como lo fueron antes sus padres y sus abuelos, ropavejeros y con el tiempo se acabarían dedicando a la chatarra. Oficio decente y digno, como ellos, que eran pobres pero con unos principios que nunca nadie, ni siquiera su última y díscola hija, consiguieron hacer tambalear.
María fue la última de sus hijos, todos ellos feos, renegríos y canijos, como sus padres.
Ella, sin embargo nació mucho más blanca que sus hermanos, y cuando abrió los ojos, descubrieron que los tenía asombrosamente claros. Eso a Manuel no le gustó nada, ponía la mano en el fuego por su mujer, más que nada porque no habría hombre en la faz de la tierra que quisiera acostarse con ella, payo o gitano. Pero que la niña saliese tan guapa y tan fina daba qué pensar.

OLGA GUSTAFSSON

                                               
Fernando García de la Fuente magistrado en el caso María Rivas de Dios, era un hombre recto y honesto –aunque un poco simple-  al que las vicisitudes de su vida marital le tenían descentrado y un poco hasta los cojones de todo.

Cuando tomó declaración a la gitana, remitida por el juez de instrucción, le impresionó mucho aquella mujer de ojos verdes y mirada retadora y se sintió fuertemente atraído por ella.
Paco, el psiquiatra forense, y amigo del alma, le comentó lo guapa que era, muy Ava Gardner, dijo, una pena que estuviese tan flaca.

Fernando nació, unos años antes de la contienda, en Ceuta, donde su padre estaba destinado como militar de alta graduación. Había servido en Marruecos, junto a José Sanjurjo Sacanell y a Francisco Franco, lo que  hizo que su familia estuviese muy bien relacionada, ya que él murió durante la guerra y pasó a ser uno de los héroes caídos por España.
Aunque era golpista convencido, de los tres generales, amigos suyos, con el que peor se llevaba era con Franco, nunca tuvieron ninguna mala palabra pero no había química. En cambio con Pepe Sanjurjo era distinto. Tenía otro carácter, era muy simpático y hacían muy buenas migas. Que Sanjurjo, primero, y Mola, durante la guerra, después, muriesen en accidentes de avioneta siempre le dio qué pensar, y nunca se fió del “enano”, como le llamaba en casa, sólo delante de su mujer, y en susurros.

domingo, 30 de septiembre de 2012

Me escriben cartas ...



El Banco de Sabadell me ha escrito esto :

Buenas tardes Ana: ¿Cómo está? Espero que el asunto bancario que comentaba en su Blog se haya resuelto favorablemente. No sé si habrá sido oportuno preguntarle por ello, pero en todo caso querría saber si hay algo que podamos hacer para que recupere la satisfacción en una entidad bancaria, en esta oficina aceptaríamos el objetivo
Reciba un cordial saludo

Y yo he contestado :

jueves, 23 de febrero de 2012

QUÉ ALEGRÍA... ESTAR...


Estaba viendo la gala de los Goya, cuando apareció Silvia Abascal y dijo lo de : "Qué alegría ... estar...".
Yo no sabía que había sufrido un ictus, del que se ha recuperado.

Me emocioné.  Pero no por ella, que está. Sino por quién ya hace mucho que nos dejó, siendo tan jóven, con tantas cosas que hacer, y marcando un antes y un después desde su marcha.

Morir joven es una putada. Y también lo es para el que se queda. Nunca se esta preparado para perder a un ser querido, pero cuando es de repente y en lo mejor de la vida parece que el mundo cambia de color. Todos los días son grises, todos los días hace frío. Ese frío que te invadió el día que te dieron la noticia, porque, sí, la sangre se congela en la venas, se queda ahí, helada. No puedes respirar, no puedes dormir, no quieres vivir ...